martes, 25 de noviembre de 2014

La estética en la sociedad

Hoy tengo la oportunidad de hablar sobre un tema que me encanta y que detesto a la misma vez; la moda, o las modas en general. Me declaro una enamorada de las tendencias, tengo mil páginas de ropa que miro continuamente, blogs, etc. Podríamos decir que intento estar informada de las nuevas corrientes, los eventos más importantes y los nuevos iconos en la moda. 

Pero una cosa no quita la otra: odio, y sí, digo odio, todo aquello que signifique anteponer algo material a la dignidad humana. Ningún cuerpo es igual que otro; por lo tanto, no todo nos queda bien a todos. Y por eso no somos ni mejores ni peores, somos PERSONAS. Basta ya de tallas 32 estándar que le tienen que quedar bien a una niña que tiene una 36. Basta ya de odiarnos a nosotros mismos porque alguien nos ha dicho que no somos esteticamente perfectos. Basta de anorexia, de bulimia, de críticas y desprecios. Vivimos en una sociedad que antepone un cuerpo bonito a un corazón noble, una cara que venda a un cerebro que piense. 
Los programas de televisión, las revistas, nos venden la idea de que somos menos personas que aquellos que salen en ellos. De que me sirve a mi que tengas un cuerpo diez si todavía tienes un cerebro sin estrenar, si no sientes nada por nadie que no seas tú mismo. 
Y esas niñas que se miran en el espejo y no se quieren... Porque alguien le ha dicho "gorda". Un simple insulto que para ti puede no significar nada, pero que a ella le puede acarrear una enfermedad.
El otro día vi a una amiga de la infancia a la cual llevaba tiempo sin ver. Estaba por el centro, y me dijo que iba a cambiar unos pantalones "porque yo no puedo permitirme tener en mi armario una 40". Pero, Dios mío, ¿es que acaso eres un número? ¿Una talla te define, te marca como persona? 
Quiero a gente honrada, gente que me aporte, que me enseñen algo que aún no sé. Que se den cuenta de que el físico es algo pasajero, que todo lo material acaba envejeciendo, pero los valores se quedan ahí perennes. Haz lo que tengas que hacer para sentirte mejor contigo mismo, pero por ti. No porque nadie te lo haya dicho, porque es tu vida y no la suya.
Tendremos que volver a lo de antes, a cuando una sonrisa era más importante que un culo perfecto. Porque si no, si seguimos como estamos, si vivimos del cuento como hasta ahora, para mí esta sociedad habrá fracasado. Y yo con ella, porque si esto lo leyera más de uno y más de una, al menos reflexionarian lo siguiente: estamos creando una generación de personas superficiales. Miles de personas sufren cada día por no quererse a sí mismas. El día que entendamos que la solución no pasa por cambiar a esas personas, sino por cambiar nuestra mentalidad, empezaremos a avanzar. Cuando antepongamos la dignidad humana a cualquier moda, por mucho que a mi me encante, ese día, al menos yo como persona, habré triunfado.

Mi realización profesional


Queda poco para que termine una de las etapas más intensas de mi vida, bachillerato. Terminar una etapa siempre significa abrir otra nueva; en esta ocasión, si las cosas salen según lo previsto, en septiembre empezaré mi carrera. Llevan preguntándome qué quería estudiar toda mi vida, y yo siempre lo tuve claro: traducción e interpretación. Y no cejo en el empeño, a pesar de saber que la nota es altísima. Pero tengo que ser realista; la posibilidad de que no pueda entrar, al menos en junio, en la carrera está  ahí. Y en esta vida siempre hay que tener un plan 'b', el mío en esta ocasión es Estudios Ingleses, ya que después podría meterme en traducción y me convalidarían algunas asignaturas. Es lo que siempre me ha gustado, los idiomas, las letras, las humanidades en general.

Desde mi punto de vista hace falta tener en cuenta varios aspectos para escoger una carrera, sea cual sea la elegida:
1. Tener la suficiente información, ya sea de asignaturas, cursos, etc.
2. Que te gusten, en general, las asignaturas. No digo que no pueda haber excepciones, pero si no te gusta ninguna de las asignaturas será difícil sacarla adelante.
3. Saber hacia que puestos de empleo está enfocada dicha carrera.
4. Tener aptitudes para desempeñar ese empleo posteriormente.
5. No dejarse guiar por tópicos y prejuicios
6. Tener en cuenta las salidas laborales de dicha carrera, en que ámbito queremos movernos, etc.
7. Tener una motivación por ella, que te guste lo que estudias.
8. Ser realistas; saber cuales son nuestros límites.
9. Conocer tus gustos.
10. Conocer el plan de estudio de la carrera elegida.

Desde mi punto de vista tengo bastantes cualidades para desempeñar la profesión de traductora e intérprete, ya que se me da bastante bien comunicarme con otras personas tanto oralmente como por escrito. Además me encantan los idiomas y las nuevas culturas, por lo que irme a cualquier país extranjero no supondría un gran problema para mi. Tengo otra ventaja y es que tengo don de palabra, no me cuesta expresarme en público y lo hago con soltura. Por otra parte mi última finalidad es ser profesora de universidad, me encanta enseñar mis conocimientos a otras personas. Pienso que sí voy a ser capaz de entrar en la carrera, porque por ahora mis notas son buenas y mi media de bachiller es alta. El dinero no es problema, incluso sabiendo que posiblemente me tenga que ir fuera de Córdoba a estudiar alguno de los años.

El trabajo es fundamental en la vida de cualquier persona. Si amas lo que tienes, tienes todo lo que quieres. El puesto de empleo ocupa gran parte de nuestro tiempo, si no te gusta lo que haces probablemente no seas feliz, porque no estarás desempeñando el papel que tienes por vocación. 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

El futuro en mis manos

Muchas veces nos preguntamos hacia donde se encamina nuestra sociedad. A que punto llegaremos, como seremos y viviremos dentro de veinte años, por ejemplo. Desde mi punto de vista seguiremos avanzando en lo que a tecnología se refiere; existiran nuevos transportes, nuevos electrodomésticos, en definitiva, mil cachibaches que nos harán la vida "más fácil". Pero lo fundamental no va a cambiar, como no ha cambiado en miles de años. Los sentimientos seguiran tan cual; la gente seguirá enamorándose, ilusionandose y desengañándose, todo eso y mucho más, porque al fin y al cabo el ser humano no avanza. Con razón se dice que somos el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y no lo digo yo, la historia me avala. Pero si le tengo miedo a una cosa: a que con tanta tecnología y tanto avance se pierdan los valores. Temo que el día de mañana mis nietos vivan solo virtualmente. Que mis hijos, en vez de jugar en la calle como he hecho yo, se dediquen a tener un aparatito de estos veinticuatro horas al día. Temo que la gente no sepa vivir, que no experimenten la sensación de salir un viernes y que te llueva sin llevar paragüas... O por ejemplo, que no se den las sopresas, que no existan los reencuentros inesperados porque todo esté calculado al milímetro. No me gustaría vivir en una sociedad cuadriculada. Me gusta la libertad, cosa que se está perdiendo día tras día, ya que estamos conectados casi siempre. Hay personas que afirman que este es solo el principio... No quiero ni pensar cual será el final. Por otra parte creo que nos daremos cuenta, y querremos volver al pasado. Dentro de veinte años añoraremos lo que hoy en día tenemos, o lo que hemos tenido aquellos que aún conservamos un poco de cordura en nuestras vidas. Para zanjar este tema dejo una frase de Einstein con la que me siento totalmente identificada: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad.El mundo solo tendrá una generación de idiotas".

¿Cuál será mi futuro? Realmente no lo sé, nadie lo sabe. Solo trato de vivir a mi manera y dejar que la vida me sorprenda, a veces gratamente y otras no tanto. Incluso, ¡podría afirmar que no quiero saberlo! No se trata de que quiera vivir en la absoluta ignorancia y me quede de brazos cruzados esperando a que caiga algo del cielo; simplemente creo que con esfuerzo todo llegará a su debido tiempo. Yo en un futuro me veo como una gran profesora de inglés, con mi casa y mis hijos. Viviendo en el extranjero, posiblemente, tal y como pintan las cosas ahora mismo. Pero sobre todo, me veo como ahora: ilusionada, con algún proyecto siempre en mente. Con ganas de seguir aprendiendo, viajando, conociendo a gente nueva. Pero también con una cierta estabilidad que requiere la edad, supongo. Desde siempre me han pintado el futuro como algo competitivo. "Tienes que ser la mejor", dicen. Yo no voy a buscar ser la mejor, voy a ser yo misma. Si algo tengo bien claro es que en el futuro me gustaría decir que no soy ni mejor ni peor, simplemente soy yo misma, y eso nadie lo puede superar. Dentro de veinte años me gustaría no haber cambiado, sino aprendido, porque aprender no es cambiar, es crecer. Quiero que la gente me siga reconociendo por lo que soy y no por lo que pueda llegar a tener. Y ser feliz, como todos. Quiero ser feliz aunque me cueste conseguirlo a mi manera.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

La sociedad en la que vivo


Muchas veces me preguntan sobre mi opinión de la realidad que me ha tocado vivir; unos dicen que soy de la generación de la tecnología y que mi vida fluye entorno a ella. Otros que vivo en una sociedad privilegiada porque lo tengo todo a mi alcance, no tengo grandes problemas y las cosas son relativamente fáciles de conseguir. Yo, a medida que crezco voy matizando y discrepando con unos y otros. Es cierto que no podemos comparar la sociedad actual a la de hace 60 años, pero eso nos lleva a un gran problema: no apreciamos lo que tenemos, y lo que nos resulta difícil lo abandonamos. Porque siempre se nos han puesto las cosas en bandeja, hablando coloquialmente. 

Personalmente opino que la vida pasa demasiado rápido. La sociedad cambia constantemente y nos hace meternos en una espiral de tráfico, bullas y jaleo. Estamos tan pendientes de cosas tan insignificantes que dejamos atrás todos aquellos detalles que nos van marcando. ¿Cuántas personas dicen aquello de: vivimos en la sociedad del consumo? Pero, ¿quién es la sociedad? ¿No somos nosotros, al fin y al cabo? No me considero ningún ejemplo a seguir, pero sí intento salirme de esa idea de vivir para consumir en vez de consumir para vivir.  Quiero cambiar esta sociedad, quiero cambiar con lo establecido. Y que todas las personas puedan llevar una vida normal sin ser juzgadas por prejuicios, como por ejemplo por su forma de vestir. Mil veces me han llamado "pija". A otros "canis", "góticos" o para abreviar, "raritos". Porque se salen de lo que la sociedad considera normal. Pero, ¡ojo! Que en esta sociedad lo anormal hoy mañana será moda. Dejemonos de tendencias y vamos a centrarnos en valores. Lucharé para buscar una sociedad de valores, de principios, y no de prejuicios e intolerancia. Me altera ver situaciones injustas. 

Mi realidad no es la mejor, ni tampoco la peor. Es mejorable, por supuesto, pero soy feliz en ella. Porque tengo a personas que me hacen la vida más sencilla, más bonita. He sabido rodearme de gente que me aporta con su sola presencia y que me han hecho entender que lo material acaba desapareciendo con el tiempo. No me gusta demasiado mi sociedad, pero ya no por el simple hecho de que haya problemas. Sobre todo es porque la gente ve ajenos esos problemas y por lo tanto, los dejan pasar como si no fueran con ellos. Yo me incluyo, a veces soy la primera que ya ni se inmuta con tantas y tantas noticias de televisión, por ejemplo. Pero yo creo que si nos paráramos a reflexionar cuantas cosas están en nuestras manos, al menos algo cambiaría. Y tras haber reflexionado esto, creo que voy a empezar mañana mismo.

martes, 4 de noviembre de 2014

La vida es un don de Dios

Mira hacia atrás. Mira todo lo que ya has vivido, los miles de momentos compartidos. Las experiencias, las emociones. ¿Crees que estás aquí por casualidad?
Yo no lo creo. Tú y tus circunstancias no pueden existir así, sin más. Eres el ser más perfecto con cada una de tus virtudes y tus defectos, y un ser perfecto solo pudo ser creado por otro ser más perfecto todavía.

Tienes un día más para disfrutar de este don divino. No busques más en tu pasado, es eso, simplemente pasado. Dios te ha dado la oportunidad de decidir que quieres hacer con estas preciadas 24 horas, eres el único dueño de tu tiempo. Aprovéchalo bien, porque cada día es único, y no vas a poder recuperar el tiempo perdido cuando quieras. Vive el hoy, disfrútalo, haz algo grande. Dios te está esperando, está apoyándote. Tiene guardado algo grande para ti, pero eres tú el que tiene que encontrarlo. No puedes esperar a ver la vida pasar, porque te aseguro que pasará sin ti. La vida viene e igual que viene se va, no espera a nadie.

No eres uno más. El proyecto de vida que te ha sido encomendado y que tú empiezas a forjar desde ya es único, nadie va a hacerlo por ti. Echale ganas a la vida, saca tu día a día con una sonrisa. Porque después, vendrá el mañana, y el hoy será pasado. Desde mi punto de vista no merece la pena vivir amargados, con preocupaciones, con miedos. Si la vida es un pestañeo que se hace lento, yo prefiero pasarlo con los míos y sobre todo con Dios a mi lado. Porque el me ha dado esto, mi pasado, mi presente y mi futuro. Si él quiere y hasta donde él quiera, por supuesto.

Habrá días malos, problemas. Nadie dijo que sería fácil, lo único que te aseguro es que merecerá la pena, pero todo depende de ti. Mi meta es llegar al último día de mi vida diciendo "He hecho todo lo que quería hacer. Me siento orgullosa incluso de mis errores"

Ahora, tras haber reflexionado todo esto, mira al frente. ¿Qué ves? Yo veo un futuro lleno de intriga, de metas, de nuevos momentos y de experiencias. Y quiero que Dios sea mi compañero de camino, ahora y siempre.